martes, 31 de agosto de 2010

Lo prometido...

Lo prometido...

Después de un parón obligatorio, ¡¡¡¡ya estoy aquí!!! Y espero que a partir de ahora no tenga que ausentarme tanto tiempo.
Y como lo prometido es deuda, aquí os dejo otra leyenda de Calpe para despedir el verano, porque ya se va acabando el calorcito, que nos quedan cuatro días y volveremos a los abrigo, bufandas, gorros, botas, uffff, ya me agobio nada más que de pensarlo.






La doncella enamorada de Calpe.



Cuentan que hace mucho tiempo, llegó a Calpe una doncella muy bella que se enamoró del pueblo, de sus playas y de sus gentes, pero que sobre todo se quedó prendada de su amanecer. La joven pasaba horas sentada en la playa viendo cómo nacía el sol cada mañana para después fulgurar sobre el mar azul y espumoso. Un día su padre le comunicó que le había encontrado marido en un pueblo del interior, un rico terrateniente que los sacaría de la pobreza. Ella se negó a marcharse y trató por todos los medios de convencer a su padre para que anulara aquel matrimonio de conveniencia, pero sus llantos fueron inútiles y la bella doncella comprendió que la única solución que había era huir.
Cuando ya tenía todo listo para escaparse, la doncella no quiso irse de la playa de Calpe sin despedirse de ella; corrió a la arena, se sentó en la orilla del mar donde la espuma de sus olas la besó con suavidad y le dijo al mar que no quería separarse jamás de él.
El mar sintió la tristeza de sus palabras y no pudo resistir las lágrimas que se mezclaban con sus olas. Se removió conmovido y comenzó a cubrir el bello cuerpo de la mujer con la sal de sus aguas, quedando petrificada en el momento justo del amanecer, el momento preferido de la doncella. Y todavía sigue allí, siendo privilegiada espectadora del amanecer, junto al pueblo que juró amar toda la eternidad.
Luego hay otra leyenda menos romántica que asegura que el peñón no es otra cosa que el prepucio de Zeus, petrificado por venganza de Cronos, pero bueno, jajaja, esa sería otra historia.